12.8.09

12 de Agosto

<> pensó, y sin dudarlo tomó el último sorbo de agua que quedaba en esa botella. Pasaron unos pocos minutos antes de que se diera cuenta que su almohada estaba empapada en llanto, su camiseta blanca empapada en sangre. Tan solo unos pocos minutos antes de que las pastillas comenzaran a surtir efecto.
Pasaron unos segundos, unos minutos... horas tal vez y todo se volvió negro.

(...)

Escuchó unos murmullos en el silencio de su habitación. Un rayo de sol parecía colarse por la ventana y se traslucía a través de sus párpados cerrados. Abrió los ojos y apenas los veía, unas figuras borrosas que se asomaban, sentadas a los pies de su cama.
-Se despertó...- dijo uno de esas manchas con vida y voz propia, pero no podía reconocerlos.
Todos los sonidos eran parecidos y retumbaban en el interior de su cabeza, produciendo un eco doloroso y ensordecedor.

Al segundo siguiente abrió los ojos nuevamente, pero ellos ya no estaban, el sol ya no estaba. En su lugar, el brillo de la luna se reflejaba en el espejo. No se escuchaba nada, apenas unas voces apagadas en su interior.
Como pudo, se levantó de la cama y caminó hasta su escritorio. Un pie, un paso; el otro pie, otro paso.
Una cuadernola estaba abierta sobre un montón de libros desordenados.
<>

x-x-x-x-x

Sí, fue una semana de mierda esa semana hace un año, pero ustedes estuvieron y gracias a ustedes sigo acá.
Porque si no fuera por ustedes, los recuerdos de esa semana seguirían siendo una nube negra, una laguna en mi memoria.
No se hacen una idea lo que ustedes significan para mí.

Los amo con cada gotita de mi insignificante ser, con todo lo que una persona es capaz de amar. Son lo mejor que me pasó en la vida y eso no va a cambiar.

Gracias por estar mejores amigos.
Kaii*

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