8.7.11

Memory



Hoy tenía muchas ganas de salir y al final nadie hizo nada, así que me achaqué, me puse el pijama y me quedé horas en la pecé escuchando música, acompañada de mis amados Marlboro Red (sí, ya me estaban pudriendo los Benson) y unos cuantos whiscolas de más. Eso sumado a mi estado de nostalgia crónica que vengo arrastrando hace unas cuantas semanas. 
Definitivamente, no es una buena combinación.




Hoy recordé aquellos viejos tiempos. No es que me hubiera olvidado, solo que lo tenía guardado en una cajita en algún rinconcito de mi subconsciente. Momentos guardados en una cajita que hace tiempo no me atrevía a abrir.
Mi 'viaje' comenzó en el 2005 en un momento en el que estaba en un liceo donde no tenía casi amigos, pero con el tiempo me hice muy buenas amigas. Amigas de esas que están en todas, de esas por las cuales nunca me sentí realmente comprendida. Recordé los mil momentos lindos que pasamos juntas, pero solo recuerdo un momento feo. 
A él lo recuerdo mejor que a nadie. No regrets. Solo lo recuerdo como la persona que en su momento supo ser el amor de mi vida, esa persona que me apartó de todo lo que alguna vez quise, esa persona que pisoteó todos mis sueños. Esa persona que a pesar de toda la mierda que me hizo vivir, era un divino y lo digo sarcasm-free. De todas formas, esto se trata de cualquier persona menos de él, así que sigamos.
También recordé aquellas noches frías de invierno en el 2007, cuando estaba atravesando lo que hasta esos días consideraba los peores días de mi vida. La nieve, la soledad, el alcohol, el miedo. Recordé esas amigas que no estuvieron para apoyarme, pero aún así lo eran prácticamente todo para mí. Recordé a mi primer amigo verdadero, con quien juramos ser inseparables, pero las vueltas de la vida supieron apartarnos. Uno diría que a esa altura de mi vida ya sabría que ese tipo de promesas nunca se cumplen.
Ese año conocí nuevas experiencias. Mucho alcohol, los primeros kind-of-one-night-stands, las pastillas para dormir, las primeras infidelidades, las primeras cagadas, salir a regalar abrazos en la rambla. Y también conocí mucha gente, gente que también prometió estar a mi lado siempre. Muchas de esas 'nuevas personas' las conocí cibernéticamente, pero eso no les resta importancia, es más, algunos de ellos eran mis confidentes.
Y llegó el 2008 y el viaje terminó. Lo terminé, mejor dicho, no quería seguir rebuscando cosas. Además, por alguna extraña razón las cosas post-2008 las superé y ya no me duele la ausencia de las personas que me acompañaron ese tiempo. No me pone mal pensar que fue un año lleno de mentiras y desilusiones, cuando recuerdo esas cosas sonrío por todo lo que aprendí. 
Pero lo viejo, lo viejo es otra historia.




Está mal decir que los extraño? 
Está mal tratar de buscar excusas para hablarles y que me inviten a formar parte de sus vidas nuevamente? 
Está mal releer nuestras conversaciones y desear que pudiéramos seguir hablando así?
Está mal mirarlos y ver a la persona que recuerdo de varios años atrás? 
Está mal ver las fotos de esos días y querer volver el tiempo atrás?
Está mal querer saber si siguen vivos?


Los extraño, pero nunca me van a escuchar decirlo. Pero si por alguna de esas casualidades de la vida llegan a leer esto, me gustaría saber como se sienten al respecto, porque yo no voy a dar el primer paso. 




A veces siento que el tiempo es un arma de doble filo, que es simplemente un hijo de puta.





2 comentarios: